30 noviembre 2006

EL BARULLO

El asunto es ridículo. Lo del Hilarión Gimeno es una buena muestra de hasta qué punto los medios de comunicación no cuentan la realidad sino que terminan creándola. La noticia sobre la no celebración del festival de villancicos es la excusa para que los obispos, la CONCAPA, el Partido Popular... critiquen el estatalismo, la falta de valores, etc.
Cualquiera que sea profesor, padre o alumno sabe que las comunidades escolares toman sus decisiones. Hay escuelas en las que no se celebra el jueves lardero. En otras, la asociación de padres se harta de asar longaniza para todos los niños de la escuela. En algunas se celebra el carnaval, en otras ni se les ocurriría. En algunos colegios celebran una fiesta de final de curso, o el día del árbol o del libro... Y todo es normal.
Algo habrá que hacer. La educación es un asunto de todos nosotros, un asunto tan importante que no podemos dejar en manos de los políticos -a quienes mueven casi siempre intereses exclusivamente políticos- y en manos de unos medios de comunicación que parecen haber sacrificado todo a la conquista de las audiencias. Hay que preservar la educación del haytomatismo mediático. Es un asunto tan delicado que debería ser abordado con instrumentos de precisión. Es mucho lo que nos jugamos.
Evidentemente, la noticia sobre el Hilarión Gimeno no es un debate. Lamentablemente aquí no hay costumbre de debatir nada. Sólo hay ruido y barullo que nos distrae. Los debates tienen su seno. En este caso no es otro que los consejos escolares que representan, como he escrito alguna vez, la dimensión moral que la educación indudablemente tiene. ¿Alguien cree que es lógico que en una cumbre de la OTAN le pregunten al presidente del Gobierno de España por la supresión de un festival de villancicos en el Hilarión Gimeno de Zaragoza. El presidente ha dicho que era la primera noticia que tenía del asunto y que "si es un colegio, me sorprende la decisión. tengo que confesarlo". Ni los profesores de esta escuela, ni los padres se sienten reflejados en el tratamiento que la prensa ha dado a la noticia. Algo habrá que hacer para que el escándalo y la crispación no se extiendan incluso por las parcelas de nuestra sociedad que deberíamos entre todos cuidar.
Coincido plenamente con el argumento que sostiene Trasobares en su columna de hoy [Lo del Hilarión]
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1 comentario:

Anónimo dijo...

El Heraldo de Aragón, periódico cada vez más de derechas, se ha prestado a una maniobra deliberada de descrédito y difamación del colegio Hilarión Gimeno (muy del estilo de las que promueve Pedro Jota en "El Mundo") orquestada por un padre y por la profesora de religión que pretenden imponer su voluntad al centro pasándose por el arco del triunfo los usos democráticos...