03 agosto 2006

[Gracias por venir, Cos]

A veces cuando Mariano Gistaín nombra a las personas que han venido de fuera suele completar el comentario con ese paréntesis: gracias por venir. El otro día algunos de estos viajeros que persiguen la simple utopía de vivir encallaron con su cayuco a unos metros de la orilla y sorprendieron a los bañistas en una playa de Tenerife. La gente entraba en el agua para ayudarles a salir, les cubría con sus toallas playeras, les ofrecía agua y un poco de fruta a aquellos seres humanos que no se tenían en pie...
Dejan sus casas, su familia y cuanto han sido. No tienen esperanza, no tienen nada que perder (salvo la vida), y los mejores, los más fuertes, los más valientes vienen a hacer los trabajos que nosotros no queremos hacer. Y aquí se hacen aragoneses. Aragoneses de todos los colores. Y sus hijos juegan a fútbol en los parques y en las plazas y se gritan: ¡hala, maño, pásala!
Gracias por venir

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