09 abril 2008

Alberto Zapater

El domingo estuve en La Romareda. Perdimos y no lloré. No lloré porque tenía que consolar a mi hijo Guillermo. Nos quedamos sentados hasta que terminó el partido, a pesar de la tristeza de la derrota. O justo por eso. Nos quedamos con quienes se quedaron. No gritamos contra los jugadores ni contra la directiva. Hoy he escuchado a Alberto Zapater. Ha dicho que hay que jugar con más rasmia. Cuando le he oído pronunciar esa palabra he sabido que lo vamos a pasar mal, pero que vamos a ganar. Quizá estos siete partidos que quedan nos deparen las grandes alegrías que no hemos tenido durante toda la temporada. Y si toca sufrir, sufriremos.
Alberto Zapater se convertirá en el ídolo de los niños de Aragón, como lo fue Violeta. No olvidaremos el detalle que tuvo con el padre de Luis Alegre. Rasmia y paciencia. Que aquí nadie se rinde.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también me quedé sentado, junto con mi hermano y mi sobrino, casi sin hablar, y con ese aire conformado tan funesto, como asumiendo el aciago destino de plata..... Espero que tengas razón. No me gusta ir al fútbol los domingos por la mañana. Abrazos.

Javier López Clemente dijo...

Ojalá todos los aficinoados al fútbol fueramos como vosotros cinco.

Salu2 córneos.