Reconozco que no es fácil cogerle el aire a la vida. Yo llevo 42 años en esto. Algunos días se me dan mejor que otros y, si quieren que diga la verdad, lo prefiero así: todo junto, bien y mal, la alegría y la tristeza, las amargas decepciones y el calor de la ilusión. Sé que desperdiciamos el tiempo -como si fuéramos a vivir dos veces- preocupados por nuestro coche, por nuestra cuenta corriente, por el tamaño de nuestro despacho, o por el título que podemos escribir debajo de nuestro nombre y, sin embargo, lo realmente importante es gratis porque no lo podemos comprar y depende de una palabra, de una sonrisa o de un gesto... He aprendido a poner los muñones en el fuego por las personas que quiero querer y sé que siempre, siempre, por estrepitosas que sean las caídas, podemos volver a empezar.
02 enero 2007
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4 comentarios:
Se respira optimismo y esperanza por este rinconcito del ciberespacio...
Vaya da gusto que tu sermón no conduzca a nada sino a lo único importante: saber tener la consciencia de lo real, nuestra absoluta forma y manera de desperdiciar el tiempo y la vida...tienes mucha razón...yo a menudo me subo a la terraza y veo pasar las nubes, los crepúsculos, las estrellas..en soledad..por el puro placer de ver como se transforman las cosas a lo largo de las horas..un abrazo.
A veces sucede y es muy gratificante: Te encuentras un texto que te gustaría haber escrito porque refleja exactamente tu pensamiento.
Algunas veces sucede.
Salu2 Córneos.
Me vino bien ésto, que suscribo plenamente, aún en algunos momentos en que no se sabe muy bien cómo se hace para conseguirlo.
Si me permites decirlo, hay cantidad de buena vida en tus comentarios.
Un saludo
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