04 marzo 2017

El refugio de las palabras


Cuando uno se asoma a la vida de María Moliner se tiene la impresión de que todo lo que le sucedió estaba preparando, de una manera u otra, su destino como diccionarista. María Moliner no hizo un diccionario porque un buen día tuviera una ocurrencia o un capricho. Cuando redactó la primera ficha de su ‘Diccionario de uso del español’, no sabía que estaba iniciando una obra monumental, descomunal para una sola persona. No era la primera vez que redactaba fichas sobre palabras. Desde 1916, cuando estudiaba el último curso de bachillerato en el Instituto General y Técnico de Zaragoza hasta que en 1921 concluyó la licenciatura en Historia, fue redactora y secretaria del Estudio de Filología de Aragón que dirigió Juan Moneva. Aunque no pudo cursar estudios de Filología, María Moliner amaba las palabras, las mimaba, las estudiaba y las clasificaba. Trabajó en archivos y bibliotecas. Le interesaron más las bibliotecas. Mantuvo frecuentes contactos con la Institución Libre de Enseñanza, colaboró con el Patronato de Misiones Pedagógicas, redactó planes para la creación de una red de bibliotecas rurales. Ocupó algunos cargos culturales de relevancia durante la II República y la Guerra Civil. Luego sufrió la amargura de la depuración. Volvió al archivo de la Delegación de Hacienda en Valencia y en 1946 se trasladó a la Biblioteca de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid. Y buscó refugio en las palabras. Recuperó la pasión por redactar fichas, tal y como ya había hecho en su juventud para el Estudio de Filología de Aragón. Según confesaba doña María en abril de 1966, en la presentación del primer tomo de su diccionario, durante quince años trabajó honradamente, sin descuidar nada. No hizo un diccionario normativo ni meramente descriptivo. Evitó los círculos viciosos en los que frecuentemente cae el diccionario de la Real Academia en sus definiciones. El cincuentenario del ‘Diccionario de uso del español’, quizá sea un buen momento para ponerlo en red. Se facilitaría así su utilización.

(Heraldo de Aragón, 1 de marzo de 2017)

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