14 diciembre 2012

El sacapuntas

Ayer mi oficio de predicador en el desierto me llevó hasta la República Independiente de Torrero para participar en la décima edición del ciclo «La otra historia». En esta ocasión hablé de los proyectos educativos de Félix Carrasquer. Ya estuve en 2005 contando el cuento de Ramón Acín («En cualquiera de nosotros un pedazo tuyo») y fuí el presentador de José Luis Melero cuando habló de Los libros de la guerra.
Marisa Fanlo me decía que en Torrero yo jugaba en casa. Y tenía razón. Los amigos nos hacen sentir en cualquier parte como en nuestra casa. Y eso me sucede a mí cuando voy a Torrero.
Lo más bonito de la noche me ocurrió al final. Un señor que estaba sentado en las primeras filas salió de la sala en cuanto terminé. Se marchó a su casa y volvió con un sacapuntas. Me dijo que lo encontró hace años en una casa antigua de Castiello de Jaca. Eugenio Lasarte -así se llama mi nuevo amigo- me lo regaló como recuerdo de una noche de palabras porque el sacapuntas tiene grabada una pajarita, una pajarita de Ramón Acín.
Guardaré este sacapuntas -este tajador como aprendí a nombrarlo en Caspe durante mis primeros días de escuela.
-Qué detalle más bonito, ¿verdad, Pepe? -le dije a Melero cuando caminábamos hacia el lugar donde se levantaba la cárcel de Torrero
-Bonito, bonito... Lo bonito sería que hubiera traído dos: uno para ti y otro para mí...



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