Quienes conocen un poco el mundo de los caballos saben que hay tres aires básicos: paso, trote y galope. Estos tres aires admiten variaciones: a la inglesa, a la española, corto, largo... Tan importante es un aire como otro. Los tres hay que saber trabajarlos.
Algunos días me despierto sin rumbo, sin saber qué pensar ni a qué atenerme. Y espero. Sin más. Espero una palabra, o la luz, o el color del cielo, o una canción, o un pensamiento o un recuerdo o el aire en la cara o
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Invéntame -me dijo- qué importa de dónde vengo ni cuándo he nacido. He sido lo que tú quieras que haya sido, qué importa cómo me han llamado antes. Ahora soy tuya. Invéntame.
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Antonio Broto, premio Blasillo de Huesca por su blog: chinochano: el mundo chino al alcance de tu chano
19 febrero 2007
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