Echo de menos a Mariano Gistaín: su talento, sus calambrazos de ternura, su manera de jugar con todo. Un día le escribí que me gusta estar despierto mientras todos duermen y él me contestó, en uno de aquellos mensajes firmados m;) que a él le gustaba dormir cuando todos están despiertos.
Enseguida, mientras todos duermen, iré al taller de Óscar Sánchez, el carpintero que solo acepta encargos imposibles. De sus manos ya nació la caja de música de Ramón Acín, las plantillas de los recortables para muñecas y ahora está ultimando para el Museo Pedagógico de Aragón la reproducción facsímil de la mesa de dibujo de Ramón Acín. La madera apenas pide nada más. Esta semana llevaremos la mesa al Museo Pedagógico de Aragón.
29 noviembre 2009
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