Me han hecho mil veces mil esa advertencia. Primero mi madre y ahora mi mujer. "Eso ni lo sueñes". Pero yo no hago caso. No hago caso casi nunca. Quizá sea un gen, el gen de no hacer caso, el gen que me transmitió mi abuelo Valentín:
- Ten cuidado, maño. Aquí, si te descuidas, te quitarán hasta la manera de andar.
"Eso ni lo sueñes". Pero yo sueño. Y cuando he soñado ya nada tiene remedio.
04 septiembre 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario