Como cualquier humanista, tengo un par de cajas de herramientas que son una metáfora perfecta de mi vida. Hace unos diez años que no las ordeno -ni las cajas ni la vida misma-. En estas cajas los objetos han encontrado su lugar natural, el lugar que el destino, el azar o su propia existencia les ha reservado. Cada vez que busco un tornillo, lo remuevo todo. A veces lo encuentro y entonces lo meto todo como dios me da a entender, sin pensar que habrá una próxima vez. No tengo más remedio que confiar en mi capacidad para encontrar la lógica que preside el caos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario